miércoles, 25 de diciembre de 2013

Mi Navidad

Hoy es Navidad y me siento como ese anciano que está sentado en el sillón de su salón mientras observa un árbol lleno de luces y fuma su pipa. ''Ya es Navidad y quizá esta sea mi última''. En sus pensamientos se mezcla melancolía, ilusión y tristeza.  Así me siento yo, recordando buenos tiempos que no se volverán a repetir, echando de menos esos momentos en los que me sentí feliz.
Recuerdo cuando era pequeño y me ilusionaba cuando llegaban estos días. Me encantaba comprar sprays de espuma y rociar a todos, me encantaba pensar en aquellos regalos que Santa Claus me iba a traer. En los últimos días de clase solo se hablaba sobre ello, decorábamos las clases con adornos y montábamos un belén y no voy a mentir, aquel belén era muy importante para mí... Algunos amigos comentaban que habían visto a Papá Noel y en cierto modo les envidiaba . Cuando volvía a casa, iba subiendo las escaleras y todas las puertas estaban llenas de adornos que me aumentaban mi énfasis e impaciencia. Al entrar  en casa había un gran belén colocado en la entrada y un gran árbol lleno de luces y adornos. Mamá cocinaba en exceso a regañadientes, siempre argumentaba que no le gustaba cocinar, pero yo me percataba de que ponía todo su amor en lo que hacía, para ''no gustarle'' se esmeraba demasiado... Había un ambiente de felicidad, comía esas monedillas de chocolate que están cubiertas por un papel dorado. Aquella noche fue una de las mejores noches de mi vida. No tenía por costumbre reunirme con mis tíos o primos, pero sinceramente creo que los lazos familiares tienen que ser sinceros y no de compromiso. En aquella noche las luces brillaban intensamente, la tele acompañaba con las actuaciones de algunos artistas, los vecinos se reunían con sus familias y festejaban... No os lo vais a creer, pero aquella noche Santa Claus vino a acompañarme. Vino, lo toqué con mis manos, me sostuvo en sus brazos, reí con sus bromas. Me trajo dulces y regalos, fíjate si me importaron los regalos que no si quiera recuerdo cuales fueron... Solo me importaba que él estaba ahí haciéndonos feliz a mi y a mi hermana. Había cierto brillo de ilusión en los ojos de los adultos y sonrisas en los niños. Después de tantos años compartidos no le iba a confundir, sabía que era mi hermano y ello me hacía más feliz. Él siempre supo como divertirnos, mantenía esa ilusión infantil que tanto añoro. Pocas veces no he sabido qué escribir, es difícil describir la mezcla de inocencia y felicidad de un niño  que soñaba con ver a Papá Noel.  Pocos son los recuerdos que mantengo de esos momentos, pero sin duda fueron muy felices, todavía resuenan mis carcajadas y su voz en mis oídos.
Como ese anciano miro ese árbol, pero no han habido adornos en mi clase, ni un belén, ni adornos en las puertas de mis vecinos, ni la espuma, tampoco ha estado él, ni mi ilusión infantil. No voy a decir que todo ha sido frío y oscuro, pues nos hemos vuelto a reunir, hemos reído  y mamá se ha vuelto a esmerar en la cocina; pero faltaba alguien
Como ha cambiado la Navidad en tan poco tiempo. Algún día yo seré ese Papá Noel y haré que rían como él lo hizo. Tantas buenas cosas me ha dejado que me es imposible no echarle de menos. Tú me enseñaste que cada día es diferente y cómo hacer feliz a los demás, aunque quizá no lo hiciste bien porque hoy me has hecho sentirme un poco triste. Feliz Navidad.

lunes, 2 de diciembre de 2013

El sonido de una lágrima al caer I

''Imagina'' Esa palabra que tan ambigua nos resulta, a veces casi imposible de asimilar. No hablo de sentarte al lado del radiador en un gélido día de invierno y perderte en ese lugar tan famoso llamado ''Babia''. Hablo de imaginar aquello inimaginable que no somos capaces de describir con palabras. Imagina el sonido de un grito  y enséñaselo al mundo para que pueda escuchar lo mismo que tú has sentido. Imagina el sonido del viento deslizándose por los pétalos de una orquídea. Imagina el sonido de dos labios besándose mientras lágrimas resbalan por sus bordes. Imagina el sonido de una lágrima al caer. Podríamos hablar de arte como el método más factible para exponer los sentimientos de una persona al público, pero yo vengo a hablaros de un método muchísimo más eficaz, ''el sonido de una lágrima al caer'' 

Era una fría noche, de éstas donde miras al cielo y tu mente parece tan liviana y sin darte cuenta caes en un profundo desconcierto. Esas noches donde aparece ''tu yo poético y filosófico'' Esas noches donde se han escrito los mejores versos, se han pintado los mejores cuadros y se han dado los mejores besos. Aquella nocturna realidad que recuerdes levemente y te recorre un delicado escalofrío por la espalda, ese remordimiento de haber dejado la frase a medias. 
Él caminaba como aquel otro que respira, por acción involuntaria tal vez, por el destino quizás. Era más consciente de la música que brotaba de sus auriculares que del triste mundo que lo rodeaba. O eso creía él. El tiempo no se detenía a pesar del frío, aunque se encontraba peculiarmente haragán. Él mantenía sus manos en los bolsillos y su observadora mirada captaba cada borde, cada destello, cada chispa de una ilusión que perdió hace tiempo. Sí, estamos hablando de un personaje que un día dejó de luchar por sus sueños, pero no te confundas, ello no quiere decir que no sea una persona fiel a sus principios con una personalidad digna de los pensadores de antaño. Muchos envidiaríais esos ojos penetrantes que pueden ver más allá de lo superficial y comprenderlo de forma súbita, pero esto conlleva a atravesar esa fina capa de hielo que separa la realidad de los sueños, la verdad de la mentira, la felicidad del ignorante a la incertidumbre del sabio. 
¿Qué puede sucederle a una persona para perder el rumbo de tan triste manera? La respuesta está en una de esas frías noches de invierto, donde escriben los mejores versos, donde se escucha el sonido de las lágrimas al caer.

martes, 12 de noviembre de 2013

Last Whisper

¿Quién tiene el valor de desafiar a la muerte?
un hijo del pecado, descendiente de lujuria.
Inauguro el reino inconformista de lo inerte
en una tierra vacua donde soledad acontece.
Nadie soy pues nada tuve.

Ese pionero soy yo, el Adán de lo no escrito,
sino de un fuero que ningún rey otorga,
cómplice de la palabra no pronunciada, ese mito...
Un susurro que nadie escucha,
cupido de dos corazones que no laten.
¡Halago la oscuridad que me ampara,
ámame dueña de mis sueños; mi amante!
Realizan tus caricias mi atadura.
¡Ámame y que nadie se percate de este amor prohibido!

Mina la esperanza de mi nívea llama.
Indago en mi corazón y nada encuentro.

Único soy en esta única tristeza,
la misma que su mano tiende cuando soledad acecha.
Titiritero de un muñeco que cortó sus cuerdas
imitando a un Dios inexistente;
malévolo quizá, exánime tal vez.
Omnipotente que nada puede, nada es.

Lidiar con la oscura lluvia que precipita
amansa mi cuerpo pero no mis lágrimas.
Moriré solo como solo he recorrido el camino.
En el momento donde bala impacte, caeré
y nadie escuchará mis últimas palabras,
todo se reducirá a tinieblas.
¿Oigo un siseo? El canto del viento que en mi cuerpo ametralla.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Alegoría I

En un mundo de ciegos donde ojos no oyen,
cerebro no grita,
voz no siente,
corazón no piensa.
Mundo donde personas no inspiran y estro perece.
Mundo donde soledad me acompaña y compañía enmudece.
Nubes se lamentan y autoestima no crece,
en los trece permanece, tristeza acontece.
Mundo donde Dios ruega,
mundo donde desesperado consuela.
Alzo mi pluma y veo caer tinta
que nadie escucha ni siente.
Mundo donde arma es juez y mata
y éste es justicia aunque ella no exista.
Mundo donde la vida tiene dueño.
Donde la esperanza adormece.

Maldito este mundo que he creado
donde no vivo si no muero;
donde paz es muerte y es mentira,
donde guerra es paz.
Aquí se premia la maldad y el bien muere.
Así el bueno desiste.
Mundo que ríe por cada lamento,
donde tímidas lágrimas son mentira.
Mundo que bebe lujuria en su jícara,
y encierra la pájara en su jaula
para que no salga quizá, o no grite tal vez.
Mundo que llanto no comparte,
donde las cenizas no arden y perduran.
Mundo de fría sentencia,
donde corazón se vuelve estaño.
Soy dulce fruto del engaño,
de una verdad que es mentira.

Me siento atado por un mundo que normas no ha creado.

Mundo donde luna destalla
y la mortecina luz semeja estrella
por el sentimiento que estalla,
por las penas que en mi alma destalla.
Mundo donde corazón canta
cual bárbaro y su barba,
su instrumento poesía.
Mundo que mudo ve,
y sonríe a gritos.
Mundo donde mundo vive,
mundo donde mundo llora.


-Notas de autor: Lo siento por haber hecho este kit-kat con ''Lluvia de estrellas''. No suelo hacerlo pero voy a explicar el argumento de esta obra. Es de estilo contemporáneo (no rima/no métrica)necesariamente),  y en ningún momento habla sobre mundo planeta, si no de las personas que habita. En concreto vengo hablando de comportamientos específicos. Es una pequeña crítica donde describo un poco el mundo de una forma negativa, rebuscando aspectos malos de éste para acabar con un matiz positivo. El título es alegoría I, porque aparte de ser una alegoría, va a ser un conjunto de poemas cuyo argumento se entrelaza. Podría describir cada aspecto negativo de ''mundo'' pero sinceramente tendrías un poema épico de miles de páginas; cabe destacar que tampoco es su propósito. Como último advertir(aunque es obvio) que utilizo la metáfora, en ningún momento hablo de pájaros, estrellas, mudos, ciegos etc.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Una moneda subjetiva



Con sangre gris desplazo una moneda subjetiva
y en sus rostros se forman sombrías sonrisas;
aprieto mi puño contra espina y desidia.
Soy la sangre que he perdido y la pérdida que he sangrado.


Exangüe alma y cuerpo, yace mi cuerpo y alma,
en un duelo de inexistente estro
donde mano no escribe, donde mano no llora,
donde soledad se redime, donde libertad se demora.


Mi voz enmudece por un estridente grito
subyacente de una tumba con mi nombre
firmada por mi sentencia y culpa que no poseo,
pues una triste víctima soy de mi propio ser.

Y mi limitaré a contemplar mi tristeza cual museo.
Y me limitaré a apiolar mis virtudes como un deseo.


Cuando brillo no halle y la ilusión se me vaya,
en valle desesperación, locura ametralla.
Y donde futuro encalla, cruzando la vaya,
buscaré mi musa que recuerdos destalla,
allí está en lo alto de la atalaya ,
y sus lágrimas dulces, cual baya.
Mas no llores princesa, si no calla.


Apuesto esta moneda subjetiva por un sueño que no poseo.
Mi bolsa no brilla y como el viento es liviana.
Mas a la reflexión le brindo el momento,
pues estas son las cadenas que yo mismo impongo
aquellas que descuartizan mi alma
y forman un ensamble vacío.


En esta partida llamada vida, todo lo apuesto.
Ese todo que yo mismo soy y no encuentro.
pues ahora soy una mentira,
pero algún día dejaré de serlo.
Apuesto esta moneda , mi persona,


Con sangre gris desplazo una moneda subjetiva
y en mi rostro se forma una lúgubre sonrisa...

miércoles, 18 de septiembre de 2013

El precio de una vida (mi posición ante la tauromaquia)

Últimamente hay un tema en nuestra sociedad que nos inquieta y despierta nuestra curiosidad. Como bien indica el título, simplemente voy a dar a conocer lo que la tauromaquia significa para mí y cómo yo la entiendo.  
Simplemente por temas éticos y morales, desde pequeños nos implantan una ideología que se basa en el respeto y el orden. Hay muchas culturas en el mundo donde matar a personas es correcto, pero generalmente esto no ocurre.  Aquí entra un tema muy extenso que voy a perfilar: ¿Cuándo el asesinato de un sujeto es beneficioso? Si simplemente te niegas a razonar sobre esta cuestión, pensarás que soy un loco sádico que piensa que matar a otra persona es correcto. Yo te pongo en situación, si una persona, llamémosle Hitler, mata a miles de personas por su ideología, ¿deshacerse de este sujeto sería correcto?
Con esto quiero hacer ver que matar por supervivencia o para mejorarla calidad de vida (una plaga está acabando con los cultivos de los agricultores), con un severo control y estudiado deliberadamente, se puede permitir. Si un toro fuese por la calle matando a personas, yo entendería que qas subvenciones a las corridas de toros en 2007 ascendieron a la cantidad de 564 millones de euros, unos 12 euros por cada español. Sí, están asesinando animales a coste de nuestro dinero. Si la gran mayoría de españoles pensamos que la tauromaquia se debe detener y el gobierno no actúa, ¿a qué es debido?
Qiuizá se tendría que sacrificar este animal, pero no es el caso. La tauromaquia se basa en utilizar uno o varios toros para crear ocio a través de la matanza de éste. Un resumen: lastimar un animal por diversión. Fíjate si es grande la hipocresía en este mundo, que si yo asesino a un perro puedo llegar a ser penado con un año de cárcel, en cambio, si mato a un animal, creando turismo y favoreciendo a la economía, se me permite. Hasta qué punto se puede comprar o vender una vida, ya sea de una persona o animal. 
Un argumento utilizado por los que están a favor de la tauromaquia  explica que ésto es un arte y forma parte de nuestra cultura española.  ¿Se puede respetar una ideología contraría a las propias leyes de un país, debido a que lo consideran arte?  No voy a decir que la tauromaquia no sea arte, simplemente argumento que hay un límite en el respeto. Es un ejemplo extremo, pero hay muchos asesinos que matan a personas de una forma en concreto, justificando este acto como ''arte''. No creo que este argumento sea válido y respetado. 

La tauromaquia es un arte, sí. El arte de poner precio a una vida.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Una confesión Nocturna

Alcé la mirada y vi un cielo lleno de luces e ilusión. No hay nada más bello que contemplar el reflejo de los destellos nocturnos sobre el agua del mar. El cielo es azul pero hay momentos donde solo puedo contemplar su serenidad azabache. A pesar de encontrarme entre la multitud, me sentía realmente solo. No hablo de la soledad que la vida nos brinda, esa soledad que nos regala estro, reflexión y fuertes emociones; si no de esa que nos produce escarcha en el corazón. Cada segundo que transcurre notas como la calidez que muchas personas te aportaron se transforma en un frío invernal que hiela el corazón. Finas láminas se forman en lo profundo de tu cuerpo y en cualquier momento de la noche estas se rompen creando pequeñas heridas dentro de ti. Hablo de esa soledad que mata.
La noche avanzaba e iba creciendo un vacío dentro de mí. No lograba alcanzar ninguna meta. Notaba que todo se escurría de mi manos, mis amigos cada vez estaban más distantes y de alguna forma los perdía. Intenté fingir de alguna manera pero no si quiera lograba engañarme a mí mismo. En ese momento decidí darlo todo por perdido y deshacer el camino recorrido y encontrar ese hálito de esperanza que solo unas pocas personas me podían brindar. Miré al cielo y lo vi gris. Me quedé acurrucado esperando que esos grandes nubarrones se marcharan para no olvidar lo azul que es el cielo. Una vez más me sentí tan solo como vacío, tras ver que ni si quiera esas pocas personas en las que había depositado mis últimas esperanzas lograban corresponderme.
Solo me quedaba contemplar el cielo.''Que bello que es'', pensé. Que triste es olvidar lo bello que puede ser un momento. Entonces la miré y me dije: no llores, el gris pasará. Simplemente la necesitaba y esa necesidad era capaz de matarme. Continué caminando así alejarme del ruido y poder decirle que quizá me había equivocado, que necesitaba su atención, que sin ella estaba solo... Pero cuando quise darme cuenta yo estaba atrás sumido en la desesperación que yo mismo me creaba. No supe como afrontar el momento ya que nunca me había sentido así. La soledad me golpeó fuertemente hasta que mi corazón se detuvo, quizá yo lo había buscado. Esa noche era fría y allí tiritando por el frío o por el miedo que me provocaba la oscuridad del momento, decidí estrechar la mano de los que un día me la habían tendido; a pesar de estar tan cercanos a mí los sentía distantes. Me percaté que si desaparecía silenciosamente, nadie se daría cuenta, nadie se giraría, nadie iría en mi busca ya que a nadie le importaba. Incluso después de cambiar mi camino, la volví a ver pero simplemente me acobardé como había estado haciendo hasta ahora. Ningún camino que tomaba parecía ser el correcto. Las nubes se movían por el cielo pero yo parecía perseguirlas.
Finalmente llegué a mi casa con un sentimiento de impotencia y arrepentimiento que me consumían como un cigarrillo. Pensé en empezar de cero, en no volver a ver nadie, pensé que nada ni nadie merecía la pena. Sin duda esa fue la peor noche de mi vida. Apoyando mi cabeza en el escritorio, con los ojos humedecidos por las lágrimas, miré por la ventana y vi un cielo despejado y lleno de luces. Quizá esas nubes eran mis ojos y la soledad me acompañaba ese triste día, o quizá el cielo sobre mi ventana había estado siempre despejado.