sábado, 27 de julio de 2013

El sentido de la vida

Vivir para morir.
Amar par perder.
Aprender para olvidar.
Soñar para no despertar.
Despertar para dormir.
Madurar para sufrir,
Trabajar para avanzar.
Avanzar para destruir.
Destruir para errar.
Errar para aprender
Confiar para desconfiar.

No se si no te has dado cuenta de que en esta vida nada tiene sentido. No importa que te esfuerces para llegar a una meta porque simplemente vas a morir. Amar es inútil porque un día esa persona morirá junto a los sentimientos que habéis compartido. Todo lo que aprendes un día lo olvidas. No importa que trabajes duro para avanzar, pues tu vida comienza con un final ya inscrito.
Sí, es cierto, nada de lo que hacemos tiene sentido. Lo único que importa es la forma en la que lo hagas. Si hay algo que la muerte no te puede quitar, es la forma en la que has vivido.
Vive por el presente porque en el futuro no encontrarás nada. Recuerda todo lo que hoy tienes porque mañana puedes .perderlo.
La vida no es una meta, si no un camino por recorrer.

Juguemos a un juego

Vamos a jugar a un juego donde tú eres la dama y yo el caballero. Danzas entre tus grandes jardines mientras yo te oteo desde el ajimez. Juguemos a un juego donde mis ojos perfilan cada centímetro de tu perfecto cuerpo. Esas manos tuyas que al algodón no envidian, incapaces de sostener nada pues no hacen más que acariciar. Menesteroso soy  de tus caricias,  como esas flores que te imbuyen con su fragancia y te impregnan de un aroma cálido y seductor. Tus bonitas piernas que danzan sobre el aire mientras éste alza tu vestido y hace que parezcas esa hoja del árbol que cae con elegancia y sutilidad.  El viento es tu compañero y juega con tu sedoso cabello. Maldito ente espiritado capaz de gozar de ti en cada momento... Pensar que roza tus turgentes y delicados senos mientras yo simplemente ejerzo el papel de observador.
En verdad eres dama cuando tomas el café por las tardes. Sentada en un sillón oscuro,mientras sujetas tu jícara con un guante blanco , me  miras, y mis ojos se funden con la elegancia que desprendes. Tu cabello recogido deja ver tu mirada tan fina y penetrante. Sin una palabra eres capaz de matarme. Sin embargo lo que más admiro de ti son tus labios, tan finos que cortan, tan rojos que queman, tan perfectos que murmuran la imperfección.
Vamos a jugar a un juego, donde yo soy el caballero que tú admiras desde el silencio, y las cadenas que tú misma te impones te inmolan. Sabes que no existe joya capaz de brillar más que tú. Me observas en silencio esperando a que yo alza mi voz en tu nombre y te libere. Pero sabes que no sucederá pues no soy capaz de poseer tan suculenta joya entre mis manos pues tú nunca me darás tan lujurioso placer.
Vamos a jugar a un juego donde ninguno de nosotros dos pierda, simplemente quiero besar tus cálidos labios en cada amanecer.
Quizá sea el único que jamás jugaría contigo, pues tú no eres el espectáculo que deleite a los bufones. Déjame aunque sea por un solo segundo compartir un juego contigo, donde tú eres la dama y yo el caballero.
Déjame llevarte en mi caballo blanco hasta algún lugar incógnito donde te pueda abrazar tanto tiempo como la muerte nos permita. Déjame enseñarte el mundo que te ha sido confiscado simplemente por ser la estrella de una corona de espinas. Fundamos nuestro cuerpo cada noche  y que la luna nos envidie. Déjame enseñarte qué es el amor y qué se siente al ser una dama. Juguemos a un juego en un mundo donde solo existamos tú yo, pues tú eres la dama y yo el caballero.

martes, 16 de julio de 2013

Semillas

Un hombre de larga edad, caminaba por las parcelas. Su rostro era serio y decrépito, se podía observar que su vida era dura por lo agrietadas que estaban sus manos. Levaba una oxidada hoz en sus manos, tan grande que semejaba una guadaña. El día era oscuro, la noche empezaba a amenazar con llamadas a la oscuridad.  El campo estaba levemente iluminado por unos farolillos que colgaban de los postes limitantes de la plantación. El cultivo era muy variopinto, debido a su compleja heterogeneidad; había plantadas calabazas, trigo, maíz, patatas, cebollas, incluso fruta. Lo más llamativo era que la tierra estaba en muy mal estado y poseía una gran mayoría de malas hierbas. 
Recientemente había comprado un terreno muy cercano al suyo y decidí visitar los alrededores para conocer a mis nuevos vecinos. Debido a que provenía de un lugar muy lejos, desconocía las características de la tierra y el clima, por lo tanto decidí pedirle consejo a aquel extraño pero veterano hombre.

-Buenas noches buen hombre, recientemente me he instalado cerca de aquí y me gustaría pedirle algunos consejos sobre la plantación...

-Mi tierra es como mi corazón, siempre esta abierta para aquel que quieres dejar en ella una semilla. Miles de pájaros y otros animales llegan a estas tierras al año; yo simplemente les permito que planten lo que quieran. Algunos dejan buenas semillas que germinan y dan lugar a buenos frutos; en cambio, algunos animales dejan su rencor, su miedo, su odio... Durante toda mi vida he cuidado de todas y cada una de las semillas que todos han plantado. De mejor o peor forma, las he cuidado y visto crecer hasta que un día su dueño vuelve y yo simplemente le devuelvo lo que  me ofreció.
A veces sus propietarios me han dejado los mejores frutos y nunca volvieron a recogerlos, sin duda, estos siempre permanecerán en mi corazón. Algunos pajaritos vuelan por el cielo cargando con un peso que no pueden llevar porque les quema el alma, simplemente dejan sus errores a mi cuidado y emprenden su vuelo; unos nunca vuelven y otros recogen ese mal que un día me cedieron. Por desgracia la gran mayoría cargaban odio, rencor y maldad. Estas semillas arrasaban mi huerto llegando hasta un límite que dejaron una mancha en éste. 
Lo triste es pensar que a veces nos aferramos tanto a lo que otros nos siembran que no nos preocupamos de sembrar nosotros mismos.
Algunos animalillos se sorprendían al ver lo que les estaba devolviendo, porque a veces simples palabras se pueden convertir en semillas del mal. ¿Por qué no plantan buenas semillas y así reciben buenos frutos? Todo reside en la maldad de las personas, en el daño que quieren hacerte. Así un corazón que siembra dolor, recibirá el doble y así podrá seguir plantando más y más. Hemos llegado al punto en el que nos reímos de las personas por sus carencias, sus miedos, su condición. 
Este interminable juego de intercambio de dolor se ha convertido en una batalla, donde el fuerte sobrevive comerciando con el mismo cuchillo que está rajando su cuello y el débil se hace fuerte porque su corazón muere. ¿Cuantos corazones han muerto por la quemadura de una semilla de fuego? 
Sin darnos cuenta intentamos crear un comercio de ira,  donde pagamos con la misma moneda. 
Intentar ir en contra de este juego me mata, me consume, me vuelve débil. Ellos me ofrecen dolor y yo devuelvo lágrimas. Nunca había pensado que podría llegar ha lograr esto. Sin duda estoy orgulloso de mí. Lo siento, pero en este cruel juego, no voy a participar.
Para obtener un buen fruto y buenas tierras, comienza quitando las malas hierbas y plantando aquello que tú puedas ofrecer, no esperes a que otro lo haga por ti.

miércoles, 3 de julio de 2013

Marioneta de papel

Miro tristemente al vacío con una mirada penetrante. No se que estoy buscando, ni si quiera sé quien soy. Me hablan de un futuro, de tomar decisiones, de vivir. Creo que estoy muerto. Los recuerdos nublan mi vista y sin percatarme de mi voluntad acabo llorando. Así comenzó mi vida, con sollozos y lágrimas. Pero no me voy a mentir, ni si quiera los recuerdos son capaces de humedecer mis ojos.
Se que hay alguien que me da forma con una delicadeza digna de un escultor de cristal; su cincel bordea cada parte de mi cuerpo y mi alma. Me ha hecho perfecto ante sus ojos. Poseo la perfección más absoluta que ni un dios podría superar. Ojos acusadores me miran, pero a él no le importa. Quizá sea la mayor imperfección que haya existido y esta es la base de mi ser. Con sutileza esculpe mis ojos, mi sonrisa, mi corazón. Coloca los hilos sobre mis extremidades y articulaciones. Estos finos filamentos me permitirán aprender a caminar, a saludar, a sonreír. La ilusión brota de mis ojos al poder bailar mientras escucho una dulce melodía. Qué bueno es vivir.
Tener un rostro con el que reír, conlleva poder llorar. Tener piernas con las que caminar permite que pueda tropezar. Tener un corazón, lleva a que puedan hacerme daño. Y en esos momentos cuando las lágrimas descienden por mi rostro, es cuando me doy cuenta de que estoy hecho de papel. Mi cuerpo comienza a humedecerse, noto un fuerte dolor en el pecho. Noto como cada parte de mi cuerpo se deshace, me muero poco a poco. Entonces caigo en esa miseria llamada tristeza. Nadie me ha explicado en qué consiste este sentimiento... Supongo que lo sientes cuando tu cuerpo está tirado en el vacío,careces de rostro con el que sonreír, corazón para sentir, manos con las que acariciar una flor... Simplemente te sumerges en tus propias lágrimas, ¿no? Porque en el fondo todos somos marionetas de papel.
Ya estoy muerto, sobre el suelo solo quedan los pocos hilos que un día me permitieron ser feliz. Pero él no desiste. Como el primer día, con unas láminas de papel, un cincel y un martillo; comienza a esculpirme de nuevo. Con paciencia ilimitada me recrea como la vez anterior, pero esta vez, con una lágrima menos.
Así he vivido toda mi vida, renaciendo día a día. Pero hoy mis ojos no humedecen. Creo que estoy muerto. El papel con el que fui creado comienza a desgastarse, tiene un color amarillento. Por cada lágrima que he perdido, he ido alcanzando la perfección y mi muerte. Es duro ser una marioneta de papel, pero doy gracias a que tú has movido los hilos. Cada vez lloraba pensaba que estaba muerto, sin percatarme que mueres el día en el que dejas de llorar.

Gracias a todos aquellos que me habéis hecho llorar, por vosotros he vivido siendo mejor cada día.
Gracias a todos aquellos que me habéis reconstruido cuando mis lágrimas me corrompían, vosotros sois los dueños de esta marioneta.