martes, 5 de julio de 2016

Extraterrestre #FuckRima

Extraterrestre (Remake)

No existe nación para ella.
No hay fronteras capaces de contenerla
porque no hay prisión capaz de contener el dulce canto de la dulce ninfa,
esa miel a la que el desgraciado se acerca a probar quedando atrapado en una red de muerte.
Ella es una viajera del espacio; la Mortecina la viste, el Fulgurante la ampara.
No puedo apresarla con grilletes pues de tan liviana que se vuelve se torna gas y huye.
He tardado tanto tiempo en comprenderlo que ya no me reconozco. Me siento perdido...
porque en sus ojos no hallo compasión; no, porque su mirada no me encuentro.

Mi juventud se marchita mientras miro las estrellas esperando encontrar sus labios,
imaginando construir la nave que la traiga de vuelva a este planeta
para desmenuzar su alma y reírme mientras baila en un salón vacío;
y me sirven la copa con la que brindo por el consuelo que ya no me brinda,
y me ahogo en un mar de sangre que yo mismo he derramado.
Pero no bajará, porque es criatura inocente pero no demente.
Ella espina de rosa, yo espina de erizo.
Y en esta soledad nocturna a orillas del paraíso salino
con una amargura salobre en mis labios y la dulzura de los suyos en aquella nívea láctea,
imagino cómo se hubiera erizado su piel al acariciarla si no la hubiera matado.

En esta oscuridad sempiterna acecho el cielo albergando la esperanza
de que la justicia poética cante sentencia y me de lo que no me pertenece,
o esa estrella fugaz que, centelleante y orgullosa, ilumina a esa florecilla solitaria
a cuyas espinas he desarrollado invulnerabilidad, y más hábil que un prestidigitador
he conseguido volverlas mías y hacerla llorar con lo que ella misma significa.


Y si no hay alcohol que beber, música para bailar,
poesía para soñar o tu sonrisa por la que luchar,
¿por qué demonios he de vivir en esta desgracia continua que me atenúa?
Solo le pido a Dios que si pasas navegando por este titánico silencio
cortes las alas desplegadas en el lado oscuro de mi alma,
tú, capitán de este negro mar de dudas y calamidades,
córtame las alas para que tenga sentido tanto drama.

viernes, 1 de julio de 2016

Nubes desde el tren.

Nubes desde el tren.

Hoy las nubes quieren ser humo.
No conformes con cincelar el cielo,
no conformes siendo agua, gas o hielo;
hoy las nubes quieren ser humo.
Despedazándose, martirizándose incluso,
juegan a retorcerse en una espiral ascendente sin fin.

Y con el rugido que esta máquina infernal emite,
embriagándolas del vapor propio de su propio cuerpo,
puedo afirmar sin ningún miedo, sea por velocidad o perspectiva,
que las nubes engañan a los ojos; sí, esas esponjosas pecaminosas
que, cuando se les pregunta la incógnita lacerante, lloran.,
y no contentas con jugar en esta carrera donde arquitecto oculta el ánima,
se envuelven en su manto sereno donde no engañan solamente al ojo,
donde el fruto de sus banalidades reside en estas páginas
haciéndome caer en la locura pues no sé quién se desplaza,
ya sea fuerza, virtud o viento; tenebrosa oscuridad si miento;
compasión de la sabiduría o de la inocencia escarmiento.
Será locura, delírium trémens o el renacimiento.

Hoy las nubes quieren ser humo...
o quizá y solo quizá, el humo juega a ser nube.