viernes, 26 de junio de 2015

¿Cuánto cuesta escribir un poema?

¿Cuánto cuesta escribir un poema?
Se pregunta el preso que cumple condena.
¿Horas, semanas, quizás unos días?
Menuda tontería, perdonad que me ría.

¿Cuánto cuesta encajar cada frase?
Rimar cada verso,
que no se me pase.
Conseguir de esta forma un poema tergiverso
y usar palabras cultas aunque el ritmo colapse.

''Escribir poesía es algo muy fácil''
es un trabajo sencillo, no te mantiene en vilo;
solo lees un autor y copias su estilo
cayendo en la pedantería de un verso poco grácil.

''¿Qué importa la poesía?'' Te estarás preguntando,
 a nadie le importa, es algo del pasado.
Son textos aburridos y pedantes
más pesados que el barrito de cien elefantes.

El preso vuelve a repetir la canción
con esta frase digna de sanción:
Escribir poesía es algo muy fácil,
voy a demostrar que este arte es bien frágil.

Más dejémonos de habladurías
las palabras son propias de la gente fría.
Para argumentar en las pruebas me baso
y este texto es la gota que colmará el vaso.

Y sí, este texto es una poesía.
¿Te has dado cuenta? Quién lo diría..
Carente de sentimiento aunque no debería,
pero desde el principio esto ya se veía.

¿Cuánto cuesta escribir poesía? Pregunto.
Perdona insistir, me interesa el asunto.
¿Crear un verso eterno del que nadie se olvida
y que toda mi ira sea comprendida?

¿Cuánto cuesta escribir un poema?
¿Cuánto cuesta escribir un verso del que nadie se olvida?



sábado, 6 de junio de 2015

Los fantasmas del pasado.

Sí, debía caer. Estoy seguro de que debía hacerlo.
Con miedo, eso sí, con terror por hallar aquello que repudiaba.
Debí estamparme en el fondo, sentir esa oscuridad,
esa sensación de aislamiento... Ese temor a estar en lo más bajo.
Fue un momento lúgubre y estrambótico.
Claro que tuve que derramar lágrimas.
Claro que tuve que sentirme vulnerable.
Pero allí me pude quitar mi máscara porque nadie me veía. 
Y de tanto en tanto miraba hacia arriba con nostalgia,
esperando que ese pequeñito rayo de luz me tendiera su mano.
Nunca llegué a alcanzarlo.
¿Pero sabes qué? Debía caer.
¿Por qué?
Porque allí me encontré a mí mismo. 
Muchos se quedaron en unos peldaños más arriba,
tan arriba que ya ni siquiera pude ver sus rostros.
Pocos se quedaron conmigo. Muy pocos...
Eso sí, algunos me tendieron su mano para ascender,
para liberarme de la oscuridad sempiterna que me inundaba.
Pero no, yo creo que estoy bien aquí. Este es mi lugar. 
Soy consciente de que nadie va a querer bajar aquí.
Nadie va a querer sentir esta humedad incesante,
esas sombras que amenazan con lapidar tu cuerpo,
esas miradas de desprecio que llegan desde la superficie...
Y sinceramente no me gusta estar aquí,
pero tampoco me arrepiento.
Son sentimientos que se contrarian pero...
Me he encontrado.
¿Y sabes qué?
Me encanto.
Aunque ello suponga perderlo todo.
Aunque ello suponga quedarme en estas tinieblas eternamente.
Aunque ello suponga padecer soledad eterna.
Aunque me deslumbren,
Aunque derrame lágrimas.
Aunque todo se aleje y yo me quede aquí estancado.
Me encanto. Y tú podrías encantarme también.
Pero estás ocupado creyendo que soy mi sombra.
Quizá si me preguntaras te diría que yo ya estoy muerto;
con lágrimas en los ojos y el corazón abierto. 
Y mis fantasmas del pasado me atormentan,
pero no voy a sucumbir.
Porque volver a mi pasado supondría perderme a mí mismo.
Y me encanto.




jueves, 4 de junio de 2015

Yuki-onna

El mundo es mío. Quizá me encuentro un poco más distante que hace unos años, cuando todavía era yo mismo, cuando todavía era. Pero eso no quita que no haya conocido el placer, que ya haya poseído todo aquello a lo que aspiráis. No podréis gozar de su virginidad porque antes la mancillé yo. Aunque no es bueno alardear del pasado, son hechos que acabaron y que de alguna forma devinieron en lo que hoy vengo a ser yo. Tampoco le puedo tildar de culpable, simplemente era un camino por el que tenía que pasar para llegar hoy a esta bonita noche, esta dulce velada en la que me puedo relajar, mirar las estrellas y afirmar que el mundo es mío. No acepto crítica, ni represalias, ni reprimendas; hoy no, no voy a argumentar más, ya tuve que dar explicaciones hace mucho tiempo. Hoy simplemente me apetece pasear por la noche mientras suena Für Elise en una cajita antigua de música. Quiero sentarme en algún sitio desvistiéndome al completo, poco a poco, con sutileza y elegancia. Primero me despojo del tiempo, lentamente me deshago de los prejuicios, pasando por mis obligaciones y acabando por mis sueños. Desvestido completamente a ojos de las estrellas, con una piel oscura de aspecto blanquecino gracias a la sonrisa mortecina de la luna. Mi cuerpo es tan imperfecto que casi me hace reír, burlarme de mí mismo, pero qué más da, nadie va a juzgarme porque nadie tuvo la osadía de acompañarme. Esta soledad es tan bella como dolorosa, pero no es un dolor atroz, si no sutil y elegante, como mi forma de desvestirme, es un dolor con un gran currículum, una experiencia que casi se podría glorificar, es un dolor sempiterno... Este dolor está a otro nivel, yace en una zona casi inimaginable, está fuertemente arraigado a mis propias raíces. Quizá sea un maniático sexual, pero me complace sentirme de esta forma, totalmente desnudo y vulnerable, con un dolor que actúa como fusta y latiga cada centímetro de mi cuerpo. Si sonara un piano ahora mismo podría llorar, pero no va a ocurrir y este me hace sentir todavía más triste, incapaz de liberar mis lágrimas.
Creo que estoy embriagado. No puedo detener mi vista en un punto en concreto, mis ojos no pueden parar, están inquietos debido a la búsqueda de la belleza absoluta. Solamente hay dos cosas más bellas que la noche; una es la muerte y la otra es el amor. Me gustaría morir de amor bajo este cielo azabache. Escribir un poema triste, leerlo en voz alta a un gran público y apuñalarme en el abdomen como hizo Julieta para deshacerme de las banalidades que me ofrece esta vida, o envenenarme besando esos labios tan afilados con los que dejó de sonreír hace mucho tiempo. ¿Los labios de quién? Pues de esa dama desnuda que me observa detenidamente con mirada traviesa. Dueña de esa piel perfecta cuya sonrisa hace blanquecer a la luna. Esa curvatura perfecta que describen sus senos, esa pose tan sensual con la que tapa su sexo con sus piernas tan esbeltas. Ese cabello que cae agotado sobre sus hombros... Esa es la mirada, esa es la cicuta de Romeo, la daga de Julieta, el juicio final de un hombre que se perdió hace tiempo. Esto me recuerda a ''La dama y el suicida'', aquella obra de teatro que nunca llegué a acabar, como todo. Tras dejarme embelesado con su flagrante sonrisa, se da media vuelta y comienza a andar, con gracia divina. Mi cuerpo comienza a moverse solo, doy el primer paso vacilando, con la duda en cada movimiento que describen mis piernas, una sensación de pánico que se va desvaneciendo. Cada vez más rápido, sin titubear, con la esperanza de alcanzar esa dama nocturna que deambula exhibiéndose a sí misma. Siento frío, conforme más cerca estoy de ella noto como mis músculos se entumecen llegando a tal extremo que resulta doloroso seguir avanzando. Mi respiración cada vez es más lenta y puedo sentir como mi corazón se apaga gradualmente. No la puedo alcanzar, mis pasos cada vez son más lentos. Intermitentemente mis rodillas se doblan y tropiezo con mi propio cuerpo. Pese a esto no puedo dejar de seguirla. Quizá sea efecto del cansancio, pero las calles de la ciudad se han convertido en una nívea cumbre recubierta de escarcha.  Caigo al suelo, no puedo seguir. La nieve se amontona sobre mí, siento como se deshace al mezclarse con el calor de mi cuerpo y me quema. Estoy jadeando como nunca antes lo había hecho. Alzo la vista antes de sucumbir. Mi fugitiva me observa con una mirada curiosa, casi divertida, aunque con un ápice de melancolía. Pobre mujer de las nieves, condenada a vagar como un alma errante, por la eternidad de los días. Deshaciéndose de aquellos que como yo, la han seguido buscando la belleza del amor y la muerte. Un final muy acertado para alguien que un día fue poseedor del mundo. Por fin las lágrimas resbalan por mi rostro... creo que al fin puedo escribir los versos más tristes esta noche.