martes, 27 de septiembre de 2022

El fin de la guerra

Sentado frente al fin de la Tierra
el océano lucha por atravesar la tierra,
la golpea una y cien veces como quien carga hasta la cima,
erra una y cien veces como quien carga hasta la cima
y cuando reposa, manso, crece la hierba sobre la hiel de la cima.

Sentado frente al fin de los mundos
el sol atraviesa las fronteras norte-sur este-oeste 
y la serenidad de la luz mansa apacigua la calma.
Y duerme todo el mundo bajo la manta.

Sentado frente a la tormenta
la observo con la envidia de la coraza de un niño triste
que triste teje la piel fina que le separa del universo,
verso a verso, sin dedales atravesando la piel fina
de las manos que escalan montañas
para alcanzar la miel tras el rebaño de jóvenes abejas
que creen saber jugar a lo que no toca.

Sentado frente al fin del poema
solo veo calma tras la calma
y una serie de corazones apetecicbles
que anuncian el fin de la guerra tras el fin de la guerra.