Hoy es un día animado de grandes ojos, de puntos sobre las íes,
de canto de alondra y risa de fuente, de clara torpeza
amenaza la tarde, impotente ante un sol turgente
de lluvia de fuego, de "olvidas la muerte".
La amenaza se despereza, centellean los metales
que se antojan como puntos sobre edificios que rugen de gana,
que mienten si prestas, pues dentro de estas
bestias, los platos sacuden, los vasos rebosan.
Hoy es un día de abril en mitad de una tormenta,
oasis entre tinieblas suscita la calma,
del alba se escuchan funestos ronquidos lejanos,
aunque vigentes, preparados para el embate sereno.
Y quién no se ha preguntado qué dicen las palmas,
pues allende corren los vientos, crujen las bisagras,
enervan los mares, se vuelan los mapas.
Mestizo viraje entre males y males,
se anuncian en bares las calamidades.