viernes, 19 de abril de 2024

Poema para los que duermen con un ojo abierto

 Él último que se duerme,
cosas sabe, no recuerden,
el último que recuerden,
si recuerdan cuando estuvo.
Y lo tuvo, lo sostuvo,
lo retuvo, contagioso,
tras el poso, tras el pozo,
ponzoñoso, lo secuestró.
Lo ató de manos y dientes,
le lanzó escarabajos y serpientes,
desencajando la si miente,
y "si mitente", lo matamos.
"Tiren los dados. Par apludimos y nos vamos,
impar nos reímos, nos matamos".

Hasta dónde llega esa tu cosa,
gigantesca, monstruosa,
ostentosa hasta la cima,
"ocultada a cualquier coste,
cueste quien nos cueste",
se repite al minuto la rima.

El último que se duerme,
nunca habla pero piensa,
nunca piensa pero sabe,
tras los icebergs los esquimales,
muy arriba un cielecito,
en primavera, en ocasiones,
que por todo merece la pena.