lunes, 2 de diciembre de 2013

El sonido de una lágrima al caer I

''Imagina'' Esa palabra que tan ambigua nos resulta, a veces casi imposible de asimilar. No hablo de sentarte al lado del radiador en un gélido día de invierno y perderte en ese lugar tan famoso llamado ''Babia''. Hablo de imaginar aquello inimaginable que no somos capaces de describir con palabras. Imagina el sonido de un grito  y enséñaselo al mundo para que pueda escuchar lo mismo que tú has sentido. Imagina el sonido del viento deslizándose por los pétalos de una orquídea. Imagina el sonido de dos labios besándose mientras lágrimas resbalan por sus bordes. Imagina el sonido de una lágrima al caer. Podríamos hablar de arte como el método más factible para exponer los sentimientos de una persona al público, pero yo vengo a hablaros de un método muchísimo más eficaz, ''el sonido de una lágrima al caer'' 

Era una fría noche, de éstas donde miras al cielo y tu mente parece tan liviana y sin darte cuenta caes en un profundo desconcierto. Esas noches donde aparece ''tu yo poético y filosófico'' Esas noches donde se han escrito los mejores versos, se han pintado los mejores cuadros y se han dado los mejores besos. Aquella nocturna realidad que recuerdes levemente y te recorre un delicado escalofrío por la espalda, ese remordimiento de haber dejado la frase a medias. 
Él caminaba como aquel otro que respira, por acción involuntaria tal vez, por el destino quizás. Era más consciente de la música que brotaba de sus auriculares que del triste mundo que lo rodeaba. O eso creía él. El tiempo no se detenía a pesar del frío, aunque se encontraba peculiarmente haragán. Él mantenía sus manos en los bolsillos y su observadora mirada captaba cada borde, cada destello, cada chispa de una ilusión que perdió hace tiempo. Sí, estamos hablando de un personaje que un día dejó de luchar por sus sueños, pero no te confundas, ello no quiere decir que no sea una persona fiel a sus principios con una personalidad digna de los pensadores de antaño. Muchos envidiaríais esos ojos penetrantes que pueden ver más allá de lo superficial y comprenderlo de forma súbita, pero esto conlleva a atravesar esa fina capa de hielo que separa la realidad de los sueños, la verdad de la mentira, la felicidad del ignorante a la incertidumbre del sabio. 
¿Qué puede sucederle a una persona para perder el rumbo de tan triste manera? La respuesta está en una de esas frías noches de invierto, donde escriben los mejores versos, donde se escucha el sonido de las lágrimas al caer.

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