sábado, 6 de enero de 2018

Dios mío el puto arte, el mundo es maravilloso

Poco me hace sentir más vivo, más humano, más empático, más Cristian Johnny Rodríguez. Poco me emociona más, me hace ilusionarme, conmoverme, llorar.
Poco, muy poco, ha comprendido que son los humanos, qué son las historias, cómo deben ser contadas.
Son realmente pocos los que comprenden que para contar una historia no se necesita una premisa desternillante, superhéroes, universos cinematográficos, prosas de ensueño, giros de guión, personajes ''complejos'', series poco imaginativas.
Pocos son los animes que veo debido a la mediocridad del medio y muchísimos menos los que merecen ser destacados.
Por muy poco daría la vida por haber sido yo el creador de esa historia, de esos personajes, perdón, vidas.
Muy pero que muy pocos autores han conseguido tenerme con las uñas desgarrando la mesa del escritorio simplemente por ver a una familia pasear por la noche.
Muy pocos son capaces de retratar el bullying como lo que es, con sus miedos, la incapacidad de incluso los padres para enfrentarlo.


Cuánto me ha dado un simple dibujito chino de un chaval de instituto que juega al ajedrez japonés. Qué rabia no saber contar historias tan humanas, qué impotencia no saber transmitir tan bien... Y qué bien que exista el arte, qué bien que exista 3-Gatsu ni Lion para recordarme que sigo siendo empático, que a veces no es que yo sea un monstruo, simplemente soy humano y todo lo que ello conlleva.

Quiero seguir contando historias, quiero conmover, quiero conectar con las personas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario