domingo, 22 de septiembre de 2013

Una moneda subjetiva



Con sangre gris desplazo una moneda subjetiva
y en sus rostros se forman sombrías sonrisas;
aprieto mi puño contra espina y desidia.
Soy la sangre que he perdido y la pérdida que he sangrado.


Exangüe alma y cuerpo, yace mi cuerpo y alma,
en un duelo de inexistente estro
donde mano no escribe, donde mano no llora,
donde soledad se redime, donde libertad se demora.


Mi voz enmudece por un estridente grito
subyacente de una tumba con mi nombre
firmada por mi sentencia y culpa que no poseo,
pues una triste víctima soy de mi propio ser.

Y mi limitaré a contemplar mi tristeza cual museo.
Y me limitaré a apiolar mis virtudes como un deseo.


Cuando brillo no halle y la ilusión se me vaya,
en valle desesperación, locura ametralla.
Y donde futuro encalla, cruzando la vaya,
buscaré mi musa que recuerdos destalla,
allí está en lo alto de la atalaya ,
y sus lágrimas dulces, cual baya.
Mas no llores princesa, si no calla.


Apuesto esta moneda subjetiva por un sueño que no poseo.
Mi bolsa no brilla y como el viento es liviana.
Mas a la reflexión le brindo el momento,
pues estas son las cadenas que yo mismo impongo
aquellas que descuartizan mi alma
y forman un ensamble vacío.


En esta partida llamada vida, todo lo apuesto.
Ese todo que yo mismo soy y no encuentro.
pues ahora soy una mentira,
pero algún día dejaré de serlo.
Apuesto esta moneda , mi persona,


Con sangre gris desplazo una moneda subjetiva
y en mi rostro se forma una lúgubre sonrisa...

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