lunes, 8 de agosto de 2016

Ángeles del siglo XXI

Vi descender a los ángeles con sus armaduras centelleantes,
su aureola describiendo un círculo perfecto en mi pescuezo,
pupilas blancas como la noche y sonrisas condescendientes asomando los colmillos.

Bajaron juzgando a unos y otros con un juicio que trasciende la ley,
blandiendo diccionarios, libros incompetentes y vídeos de procedencia cuestionable.
Exhibiendo su moral excelsa que no puede ser comparada a la de nosotros,
los esclavos, el rebaño. Somos los ineptos que se ríen cuando todos alzan su espada,
los que lloran porque saben que son miseria, los que se equivocan y no aprenden,
los que no podemos ser aceptados en su templo de ilustres,
en sus peldaños donde solo caben los pies de los maestros de la moral,
donde la sangre derramada no alcanza porque deben seguir siendo justos y vanidosos;
donde no caben los poetas que hacemos con los versos
lo que nos sale de los huevos.

Vi bajar a esos ángeles impolutos nacidos en las entrañas de las redes sociales,
y me reí de ellos mientras se me resbalaba alguna lágrima
porque todo lo hago mal y siempre se me escapan.

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