Escena 1
El hijo se encuentra muy enfadado porque piensa que la vida es injusta. Recorre la casa mientras grita y da portazos. Comienza a vociferar en contra del estado, sus padres, sus profesores y el sistema. Sus padres están en el salón. Su madre lee un libro y su padre está haciendo un crucigrama, no parecen prestarle mucha atención.
Hijo: (Comienza a escucharse de fondo) Estoy hasta los cojones, siempre la misma historia (dice gritando). Los profesores dándome la brasa todo el día y ahora que quiero estar tranquilo venís vosotros a tocarme los huevos (da un portazo). ¿Sabéis qué? Soy una persona, soy una maldita persona, no un muñeco con el que podáis hacer lo que queráis. Algún día os vais a arrepentir de esto, me voy a ir de casa y voy a quemar el colegio. Sí, eso es, me voy a marchar y no me vais a volver a ver el pelo.
Padre: (aparte el periódico un poco y se dirige a su mujer) Mamífero lagomorfo lepórido de menor tamaño que la liebre.
Madre: Conejo (dice sin apartar la vista del libro)
Padre: ¿Sí, verdad?
El ruido que se escuchaba de fondo se ha disipado, ahora solamente se escuchan los pasos del hijo que atraviesa el pasillo y se dispone a salir.
Padre: Dile que no llegue más tarde de las diez que luego se enfría la cena.
La madre deja el libro a medio abrir sobre la mesa y se dirige a la entrada.
Madre: Toma, ponte la chaqueta que hace frío. No llegues tarde que vamos a cenar a las diez y mañana tienes clase.
Hijo: Vale mamá.
Madre: Coge también las llaves, que siempre las olvidas.
Hijo: Gracias, ya lo olvidaba por completo.
Madre: Acuérdate, no llegues tarde y pásatelo bien, ¿vale? (dice mientras de la un beso en la frente)
Hijo: Tranquila que volveré antes de las diez. ¡Hasta luego!
Hijo: (Comienza a escucharse de fondo) Estoy hasta los cojones, siempre la misma historia (dice gritando). Los profesores dándome la brasa todo el día y ahora que quiero estar tranquilo venís vosotros a tocarme los huevos (da un portazo). ¿Sabéis qué? Soy una persona, soy una maldita persona, no un muñeco con el que podáis hacer lo que queráis. Algún día os vais a arrepentir de esto, me voy a ir de casa y voy a quemar el colegio. Sí, eso es, me voy a marchar y no me vais a volver a ver el pelo.
Padre: (aparte el periódico un poco y se dirige a su mujer) Mamífero lagomorfo lepórido de menor tamaño que la liebre.
Madre: Conejo (dice sin apartar la vista del libro)
Padre: ¿Sí, verdad?
El ruido que se escuchaba de fondo se ha disipado, ahora solamente se escuchan los pasos del hijo que atraviesa el pasillo y se dispone a salir.
Padre: Dile que no llegue más tarde de las diez que luego se enfría la cena.
La madre deja el libro a medio abrir sobre la mesa y se dirige a la entrada.
Madre: Toma, ponte la chaqueta que hace frío. No llegues tarde que vamos a cenar a las diez y mañana tienes clase.
Hijo: Vale mamá.
Madre: Coge también las llaves, que siempre las olvidas.
Hijo: Gracias, ya lo olvidaba por completo.
Madre: Acuérdate, no llegues tarde y pásatelo bien, ¿vale? (dice mientras de la un beso en la frente)
Hijo: Tranquila que volveré antes de las diez. ¡Hasta luego!
La madre vuelve al salón y retoma el libro por donde lo había dejado.
Padre: Retoño de Adán y Eva.
Madre: ¿Cuántos espacios?
Padre: Cuatro.
Madre: Tiene que ser Caín o Abel.
Padre: Caín encaja perfectamente. Gracias cariño.
Madre: De nada, mi amor.
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