jueves, 10 de junio de 2021

Voy a morir dentro de poco

Voy a morir dentro de poco
y es evidente, cierto y certero,
cansado del embate sereno repliego armas
y me retiro, los sueños caducan: mori memento.
Y de tanto en tanto un santo se asoma
y me tiende la mano y le compadezco,
porque no hay herida, no hay enemigo,
simplemente soy yo un poco triste y sereno.

Voy a morir dentro de poco
porque es evidente que ya no cabalgo.
Fatigado por la irrupción del mañana
y las tardes de Abril, que todavía recuerdo,
desfallezco a cada paso y cada beso,
y cada tropiezo se me antoja insuperable.
Y lo he intentado..., tengo testigos
como mi gordita que viene a verme
y a consolarme cuando ya no ruego.

Insisto, voy a morir dentro de poco;
he desempolvado a Machado 
y he sacado el cuaderno.
Pero la muerte esquiva de mí se apiada
y sonríe verpertina mientras me consume.
Porque a cenar le invito y entre copa y copa 
se acaba el mundo.
Dice: "Hijo mío, te llevaría conmigo
si tú quisieras tirar del hilito.
Pero entre espanto y espanto
revives del fango, jaramago marchito.
Si vengo a verte, con cierta desgana,
no es por tu ego ni tu yo proscrito,
pues envenenado has sido y no existe (.)
Dios que te asista.
No hay forma que escapes a estas perezas,
de mantras lejanos de risas y fuentes,
de canto de alondra de embate sereno".

Voy a morir dentro de poco
y todo el mundo parece saberlo.
Porque todos tocan a mi puertecita
llamando a algún "yo" que parece marchito.
Y Dios lo sabe y me regala el arte,
los versos que anuncian calamidades,
y las bondades de pájaros que volar no pueden,
y el tañer de las campanas,
y los naranjos de los olivos,
y los "olvida la muerte".
Y yo, cansadito del baiteo constante
le mando a la mierda y deseo la muerte.

Voy a morir dentro de poco.



Escrito desde la serenidad de una tarde mansa.

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