miércoles, 29 de mayo de 2013

Seres del mal

Sientes el frío acero de las balas en tu mano. Jugueteas con ellas, sientes la textura, notas como esa sensación de poder te recorre las venas. En tu mano derecha sostienes ese fabuloso revólver; un gatillo que puede deshacerte de los males en cuestión de milésimas de segundos. A doscientos cincuenta metros es capaz de viajar tu liberación.
Coloca una a una las balas en el tambor mientras reflexionas. ¿Qué vida tomarás por mejorar la tuya? Esta pregunta te invade los pensamientos y una sensación de placer perfila tus labios. Sonríe, hoy es el día en el que todos los que un día te hicieron llorar lo paguen con su propia vida. Juguemos a ser Dios y vamos a valorar quien merece vivir y quien no. ¿Nuestro criterio? Podría ser aquellas personas que te ofenden, las que se ríen de ti, las que marchitan tus sueños.
Bien, ya tienes el arma cargada, aspira profundamente mientras haces un breve recorrido por las calles nocturnas.  Mira esa venta, ahí está ese vecino que no quiso abrirte cuando volvías de una cena. ¡Pum! La verdad es que no lo estás haciendo nada mal. Gírate, observa a todos tus amigos. Sabes que absolutamente todos te han fallado alguna vez, sería conveniente que tú no fallaras. Siente como sus corazones se detienen. No hay nada más dulce que la venganza, el suelo está lleno de sangre  que un día unos corazones palpitaron; unos corazones que mentían y te repudiaban cuando tus oídos no lograban ver.
Mira que casualidad, tu ex-novia cogida del brazo del jefe que te despidió. Este caso es especial, coge el cuchillo, sí, ese que te incrustaron el corazón. Apuñálalos. Me encanta esa esquizofrénica sonrisa que pones cuando tus manos se impregnan de sangre. ¿Has visto lo divertido que es matar al mal? 
Sigue así, pero estás olvidando algo. Sigue estando esa casa que te aprisiona todos los días. Concentra tu ira y quema esas negras paredes que te exhortan para arruinar tu vida. El colegio donde tus profesoras te creían mediocre, también debe ser eliminado.
Esto va a ser duro, pero tu familia también te ha hecho sufrir. ¿Recuerdas aquel momento cuando tus calificaciones eran malas? Por Dios, si tus padres llegaron a considerarte un fallo. ¿Y tú hermano? Si hasta yo podía escuchar sus carcajadas en el fondo de tu corazón. Como me gusta sentir el aliento de las personas cortándose poco a poco mientras gritan y sollozan. Esas marcas en el cuello no son nada comparando al boquete que esas horribles palabras te han creado.
¿No estás cansado de ver siempre las mismas calles? Hay vandalismo, accidentes de tráfico, contaminación. Esta dichosa ciudad no trae nada bueno. ¿Qué hay del país? Estás pagando con tus impuestos tantos fallos políticos... 
Eso es, destrúyelo todo. A pesar de lo pequeño que es tu corazón, tenías mucho dolor en él. ¿Ya ha pasado todo, no?
Ahora es mi turno de reír. ¿Ahora lo lamentas? ¿Te has dado cuenta de lo que te está pasando? Sí, exacto, te estás desvaneciendo. Tu corazón ha odiado tanto, que has olvidado que tú eres un recuerdo de todos aquellos que has conocido. ¿Quién es capaz de saber tu existencia si has matado a todos? Tú eres todo aquello que los demás te han otorgado. Familia, amistades, hogar... Son todas esas cosas que contribuyen a que tú seas, o más bien, hayas sido alguien. El rencor te forma como persona, pero también te mata. ¿Pensabas que podías deshacerte de todos tus males? En realidad sí que puedes, somos seres del mal. Ahora te has convertido en mí mismo. Esa voz que te dice: mata, odia, lastima, envidia, sufre. Claro, es demasiado para ti. Es mejor compartir estos sentimientos con los demás...¿No? 
Y así te das cuenta de la cadena de odio que se forma. Al final la envidia y el egoísmo son inevitables. Te estaba engañando, no estás muerto; simplemente te has convertido en un ser del mal. El dolor te lo brinda la vida y sin ni si quiera quererlo, por tu hogar, familia o amistades sufrirás. Hemos llegado a un punto donde nada más nacer eres un ser del mal. Si vives, odias, si odias, compartes, si compartes, viven. 
Así los seres del mal buscan refugio en religiones, filosofías, estilos de vida... Incluso algunas llegan a matar a todo aquel que le ha hecho sufrir y después de esto se convierte en nada. Pero no nos engañemos, hemos aprendido a vivir como seres del mal y nos conformamos con ésto. Llegará un día donde el odio sea tan grande que nos desharemos de todo aquello que nos hace sufrir.  Y como tú, seremos nada; pues así somos los seres del mal, nada y para nada.

1 comentario: